viernes, 26 de septiembre de 2008

“MONOS COMO BECKY” de Joaquín Jordá y Núria Villazán. (1999)



Este documento nos acerca a la psiquiatrización de la sociedad. En los años 30 un biólogo norteamericano llamado Fulton presentó en un congreso de psicología una mona llamada Becky a la que le había practicado una ablación del lóbulo frontal del cerebro. En el congreso, Fulton contrastó el estado de docilidad y domesticación de Becky con la agresividad y fiereza que la caracterizaban antes de la amputación. Egas Moniz, premio nobel de medicina portugués, impresionado e inspirado por el experimento, decidió estudiar la aplicación en humanos, para lo cual desarrolló una técnica llamada leucotomía pre-frontal (conocida popularmente como lobotomía) que permitía paliar la esquizofrenia o anular actitudes moral o socialmente inconvenientes. El documental gira en torno a los reclusos de una institución psiquiátrica que preparan una obra de teatro sobre la vida de Egas Moniz y su muerte, precipitada por uno de sus pacientes. Es célebre la frase que Moniz dirigió a su ejecutor antes de morir, “no me has matado tú, lo ha hecho tu enfermedad.” Se combinan los testimonios de familiares o allegados a Moniz, con las vicisitudes de los reclusos en la preparación de la obra de teatro y con los saberes de psiquiatras, sociólogos y filósofos. Algunos de estos pasean en un laberinto y me gusta la metáfora, pues cualquiera que ha convivido con un esquizofrénico, constata la miseria de la psiquiatría tradicional, la lucidez del discurso de la antipsiquiatría o psiquiatría radical y la dificultad de aplicar tratamientos bajo este prisma. La película es una denuncia de la psiquiatría oficial, se decanta por el uso de dinámicas que fomenten la creatividad de los enfermos mentales, la misma obra de teatro que presenta el film es un tratamiento para desarrollar la comunicación entre los pacientes. Hay un desprecio general hacia la leucotomía, aunque el consumo de psicofármacos no es más que una modernización de la técnica. La generalización de su consumo supone una psiquiatrización de masas, una leucotomía social.

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