martes, 29 de julio de 2008

"La isla de las flores" Jorge Furtado 1989

Brutal cortometraje dirigido por el brasileño Jorge Furtado en 1989.



lunes, 28 de julio de 2008

La huelga de Roca 1976



La lucha de los trabajadores de Roca Radiadores S.A. de Gavá, en la comarca barcelonesa del Baix Llobregat, está considerada como una de las más significativas de los años de la transición en España, no tanto por la dureza de conflicto, 4700 obreros en huelga durante 95 días, que la convierten en una de las más intensas de la transición democrática, sino, sobre todo, debido al elevado nivel de autoorganización alcanzado a partir del rechazo del sindicato vertical y con la asamblea como vehículo de la democracia directa. Además, la huelga aparece como nota discordante en uno de los momentos clave de la transición: por una parte, implica una ruptura con los planes del gobierno en lo tocante a las medidas económicas, que suponían que los trabajadores debían cargar con el peso de la crisis y de la reestructuración capitalista; por otra, discurre en sentido opuesto al pacto social y político que se gestaba y que tendrá en el reformismo obrero uno de sus principales aliados.
Alguno de los elementos más destacados del proceso de autoorganización de los trabajadores de Roca son: centralidad de la asamblea como espacio colectivo para la toma de decisiones durante el conflicto y lucha por el reconocimiento de aquella como órgano de representación de los trabajadores ante la patronal y la Magistratura; creación de comisiones y comités de apoyo para la difusión y mantenimiento de la huelga que tuvieron que hacer frente a las maniobras de aislamiento político promovidas por la patronal, los medios de comunicación y las principales centrales sindicales (especialmente CCOO), así como a la represión policial y de la extrema derecha; finalmente, destacan la radicalidad de las prácticas, uno de cuyos ejemplos más relevante fue la acción de parar los hornos, como muestra de la irreconciabilidad de los intereses del capital y el trabajo.
Cabe resaltar también el nexo mantenido a través de las asambleas con otras luchas autónomas de mediados de los 70, como la del Puerto de Barcelona o la de las empresas Numax, Descasa y Cetesa. La repercusión de la huelga y su extensión fueron decisivas para la resolución de algunos de estos conflictos. Según algunas fuentes, en el caso de los portuarios, se habría llegado a un acuerdo para evitar el "peligro" de extensión de unas luchas que escapaban al control del sindicalismo reformista, habida cuenta que eran autónomas, la asamblea podía revocar a los delegados y con vínculos con trabajadores de distintas empresas. La lucha de Roca coincidió también con las huelgas surgidas en trono a los convenios colectivos de Gas Natural y de la banca privada.
La comarca del Baix Llobregat, a la que pertenecen los núcleos urbanos de Gavá, Cornellá, Viladecans, Sant Boi, El Prat de Llobregat, Sant Feliu y Molins de Rei es eminentemente industrial y posee una larga experiencia de conflictos entre los que destaca la huelga generalizada de 1973 en solidaridad con los despedidos de la empresa Elsa. En aquellos años, el PSUC está presente en todas las fábricas, en los pequeños talleres y en los barrios; dominaba el Sindicato Comarcal de Cornellá; además, las CCOO habían dejado de ser "organización de clase" para dedicarse a copar cargos. A mediados de los 70, ocupan la presidencia y demás cargos en casi la totalidad de los ramos de la comarca. Es importante tener en cuenta este hecho, puesto que la huelga de Roca transcurrió en un territorio donde imperaba el reformismo, como ya se había demostrado en la huelga que estalló en la comarca en 1975, tras el despido de un obrero de Laforsa.
La empresa Roca, dedicada a la producción de material sanitario, grifería, radiadores, calderas para calefacción y acondicionadores de aire, era a mediados de los 70 la primera firma exportadora en su ramo y, en el momento de la huelga, contaba con un capital de mil doscientos millones de pesetas; sus accionistas principales eran Antonio Roca Portet, José Roca Portet y Vilaseca Marcet, abogado del Estado y propietario, junto a Jordi Pujol, de la mayoría de acciones de El Correo Catalán.
La American Standard contaba con un 20% del capital de la empresa. El denominado "complejo Roca" poseía fábricas en Gavá, Sabadell, Alcalá de Henares y Alcalá de Guadaira. La fábrica de Gavá, con una plantilla de 4700 trabajadores, era la segunda en importancia de Catalunya, tras SEAT, y la más importante del "complejo Roca". La historia de la empresa está muy marcada por las dinastías y, desde sus orígenes, es el núcleo industrial más importante de la zona de Gavá y Viladecans, pueblos fundamentalmente agrícolas.
Las fábricas de Roca se caracterizaban por tener unas condiciones laborales pésimas: la mayoría de los trabajadores contraían silicosis a los 35 y 40 años de edad, afecciones renales y desviaciones de columna; y por el despotismo de la dirección y de los mandos intermedios, cuyo lema era: "disciplina, disciplina, disciplina, producción, producción, producción, producción". A todo ello los trabajadores respondieron "más y más salario", poniendo en entredicho lo más sagrado de la propiedad y la explotación capitalista: la autoridad y la arbitrariedad patronal.
Los primeros intentos de organización obrera en las fábricas de Roca se remontan al bienio 1965-1966, años en que se empiezan a formar unas CCOO a partir de militantes del PSUC, independientes y del Solidaridad Obrera de Cataluña (SOC), que pasarán a ocupar casi todos los cargos sindicales. Más tarde, en 1968 y, posteriormente, en 1971, tienen lugar los primeros despidos, que provocan el desencadenamiento de las huelgas ocurridas éste último año, antecedente claro del conflicto de 1976.

Cronología del conflicto
El precedente más inmediato, sin embargo, es la huelga de los 41 días por motivos fundamentalmente económicos que transcurrió entre los meses de febrero y abril de 1976, y que sirvió para extraer dos importantes enseñanzas: la ineficacia del sindicato vertical (CNS) a la hora de defender a los trabajadores (la mayoría de los cargos sindicales no quisieron ponerse al frente de la huelga) y la necesidad de buscar formas alternativas de organización que surgieran de ellos mismos. Durante la huelga los trabajadores decidieron llevar el convenio al laudo pero los cargos sindicales, tras una votación secreta, impusieron prórroga de aquel. A partir de ese momento los trabajadores deciden que no se tomará ninguna decisión más mediante voto secreto.
Dos meses después de finalizada esta huelga, en junio, se inició un proceso de elección de representantes por secciones a mano alzada y en asamblea de la que salieron 43 delegados revocables que a su vez eligieron un comité de 15 trabajadores para impulsar una plataforma reivindicativa a partir de la discusión por secciones. No existía límite en la elección de delegados por secciones ni había candidatos y se realizaban dos asambleas diarias, una después del turno de mañana, y otra después del de tarde; el nombramiento se hacía a mano alzada y era refrendado por una asamblea mayoritaria. Con anterioridad se había propuesto que todos los cargos sindicales de la CNS dimitieran, a lo que algunos en principio se niegan, aunque finalmente en septiembre se logrará. El día 27 de este mismo mes se efectuó un paro de 24 horas para exigir el reconocimiento de los delegados elegidos en asamblea, considerados como los únicos representantes válidos, medida que obligará a la dirección a reconocerla legitimidad de la comisión de 5 delegados encargada de la negociación del convenio. En octubre eran ya 60 los delegados elegidos, quedando de este modo todas las secciones de la fábrica representadas en la asamblea. La dinámica de autoorganización quedó plasmada en el "Proyecto de bases para la construcción de una sección sindical uniteria", documento que fue discutido por todas los trabajadores y aprobado por las secciones.
El 4 de octubre se inicia la tanda de deliberaciones para la firma del convenio en la que los trabajadores presentan una plataforma de 33 puntos, que contiene ya elementos de carácter políticos tales como amnistía laboral, derecho a la asamblea y a un sindicato de clase, así como reivindicaciones de tipo económico para contrarrestar el incremento del coste de la vida y la congelación salarial, en las que se da un reconocimiento implícito de la impronta del trabajo industrial sobre la vida social, al exigir a la patronal una cobertura en forma de salario indirecto mediante economatos, escolarización, ayudas familiares, etc... La respuesta patronal es ofrecer solamente un aumento quincenal de 1.400 pesetas. La asamblea decide reducir a 24 puntos la plataforma, pero ante la negativa de la patronal a modificar su actitud decide parar el día 28 de octubre. El 5 de noviembre la empresa sanciona a un delegado con 7 días de suspensión de empleo y sueldo; al día siguiente los trabajadores responden a esta primera represalia con un nuevo paro de 24 horas. El 8 de noviembre la patronal, escudándose en la suspensión temporal del artículo 35 de la Ley de Relaciones Laborales que obligaba a la readmisión, despide a un delegado, miembro de la comisión negociadora, acusado de incitar al paro de los días 27 y 28 de octubre. La reacción de los obreros consiste en paralizar totalmente la fábrica (includas las secciones de hornos, mantenimiento y oficinas) y reunirse en asamblea. Acto seguido, una delegación de trabajadores se entrevista con el directo de Roca, García Bou, que informa de la existencia de una lista de despidos y sanciones. Al parecer quería iniciar un proceso de reestructuración que afectaría a 1.500 trabajadores, entre ellos los enfermos de silicosis, los delegados y los obreros más combativos. Al día siguiente se realiza una asamblea masiva, donde se informa de esta reunión, en la que deciden iniciar una huelga indefinida hasta que la patronal retire la sanción impuesta al delegado y traspasar las funciones del comité de los 15 a la asamblea de delegados que se convierte en permanente. Ese mismo día la Guardia Civil desaloja violentamente la fábrica, y el día 10, a las 6 de la mañana, disuelve la asamblea que había sido convocada. A lo largo de todo el día se producen en el poblado de Roca violentos enfrentamientos entre obreros y fuerzas represivas que utilizan balas de plomo y efectán 8 detenciones. La empresa comunica a los trabajadores la suspensión de empleo y sueldo desde el día 9 hasta el 14 de noviembre. El 12, tiene lugar una jornada de huelga de ámbito estatal convocada por la Coordinadora de Organizaciones Sindicales (COS). Se producen nuevamente enfrentamientos en el poblado de Roca; la Guardia Civil dispara sobre las casas de los huelguistas y practica 40 detenciones (28 de los detenidos serán puestos en libertad a las pocas horas y 12 pasarán a jurisdicción militar). El 13, la dirección despide a 44 delegados basándose en los siguientes cargos: participación en la huelga de los días 8 y 9; actuación violenta y coactiva; promover y dirigir asambleas ilegales. Simultáneamente, los trabajadores intentan abrir una vía de negociación a través del arzobispo, iniciativa que posibilita que el delegado provincial de la CNS autorice una asamblea (de unas 95 asambleas sólo 3 fueron autorizadas) para la elección de una comisión que debía entrevistarse con el gobernador civil y con el delegado provincial para negociar despidos y sanciones. La elección tenía que realizarse mediante voto secreto e incluir a miembros de la COS, pero al no respetar los trabajadores dichas condiciones (en la comisión elegida figuraban 9 despedidos y se realizó a mano alzada) la organización sindical se niega a reconocerla. La decisión de impedir cualquier manipulación que cuestione la autoorganización obrera queda patente en el manifiesto del 23 de noviembre en el que se afirma:
"El delegado provincial y el gobernador pretendían que los trabajadores eligiésemos una comisión de 10 representantes bajo voto secreto. Según ellos, en esta comisión debían estar incluidas algunas centrales sindicales, las cuales no dejan de criticar constantemente nuestro movimiento y métodos de lucha. Esta comisión, por tanto, sería algo que estaría por encima de los trabajadores, con lo cuál crearían un órgano totalmente burocrático, eliminando así la dinámica de la autoorganización y a los delegados. Por otra parte, el voto secreto acabaría de dar el toque final al método de elección democrática y revocable en todo momento por nuestras asambleas (...) lo cuál supondría la eliminación del proyecto de estructura sindical que los trabajadores de Roca estamos impulsando (...)."
El 15 de noviembre la empresa abre de nuevo la factoría, pero la Asamblea ratifica la decisión de no reincorporarse al trabajo; razones no falta: si el paro fue por un compañero despedido, la situación actual era de 46 despedidos, 1.100 trabajadores sancionados y 8 detenidos. El mismo día son puestos en libertad 4 de los 12 detenidos. La consigna es "O todos o ninguno". El 18 la patronal decreta el cierre de la factoría, después de amenazar al personal de hornos para que se reincorpore al trabajo y de negarse a aceptar las condiciones impuestas por la Asamblea de readmisión de los despedidos y retirada de las sanciones. Entre el 18 y el 20 se intentará crear una comisión comarcal mediadora compuesta por distintos miembros de las centrales sindicales del Baix Llobregat que, aceptada por el gobernador civil de Barcelona y por las autoridades sindicales, estaría compuesta por 6 representantes de la comarca y 4 delegados de Roca. La Asamblea rechazará esta propuesta el 2 de diciembre tras las reunión mantenida con la dirección de Roca. El 22 de noviembre, se reúnen en sindicatos de Barcelona dos miembros de la dirección de Roca y varios representantes de CCOO, CNT, UGT y USO que proponen la apertura de un diálogo entre empresa y trabajadores, a lo que la empresa responde: "primero trabajar, después dialogar" e insiste en el criterio de elección de representantes mediante voto secreto. El 24 Roca paga lo que adeudaba a los trabajadores, al parecer con la intención de romper la huelga, pero su intento fracasa. El 26 la Asamblea decide que los delegados no irán a Sindicatos de Barcelona si no hay notificación por escrito. Entre tanto, en la fábrica de Alcalá de Henares se mantiene la huelga, a pesar de que 700 de los 1700 trabajadores reanudan la actividad laboral. El 1 de diciembre, en una entrevista mantenida en el Ministerio de Trabajo, la empresa rechaza firmar un convenio por dos años en el que se recogen parte de las reivindaciones de la plataforma y la readmisión de los despedidos, aunque acepta posibles sanciones. Son puestos en libertad 4 de los 8 detenidos. En la Asamblea del día 2 se aprueba la propuesta de la comisión negociadora de ir al laudo. El 4 de diciembre los trabajadores reciben una carte de la empresa en la que se les conmina a reincorporarse al trabajo el día 6. Al no producirse ésta, ese mismo día la Guardia Civil realiza diversas cargas contra los trabajadores y practica 8 detenciones. Los detenidos serán puestos en libertad horas más tarde y, posteriormente, lo serán los 4 detenidos en noviembre. El día 14, 37 trabajadores de Roca se encierran en la catedral de Barcelona. El día 16 de diciembre se conoce la resolución del laudo que incluye un aumento salarial irrisorio. El 22, delegados de Roca asisten en los locales de Sindicatos a una reunión con representantes de los sindicatos y de la empresa, donde nuevamente ésta se muestra reacia al diálogo si no se produce la reincorporación inmediata al trabajo. El 28, la Guardia Civil detiene a tres delegados; al día siguiente las centrales sindicales solicitan realizar el día 4 una manifestación de apoyo a la huelga de Roca en Cornellá. Mientras tanto, la empresa oferta 25000 pesetas por año trabajado, no menos de 200.000 por despido improcedente y carnet del paro. Los trabajadores no aceptan y comienza el juicio, en torno al cuál se han montado medidas de seguridad excepcionales. Quedan en libertad los dos detenidos del día anterior.
El 4 de enero tiene lugar la manifestación para respaldar a los obreros de Roca, convocada por las centrales sindicales (USO, CCOO, UGT y CNT), que da lugar a uno de los enfrentamientos más violentos ocurridos en Cornellá. El gobernador civil había denegado el permiso, a raíz de lo cual varios representantes de sindicatos se reunieron con delegados de Roca para pedir su desconvocatoria, a lo que se respondió que tenían que ser los propios concentrados los que lo decidieran. Por último, excepto CNT, que apoyó la huelga desde los primeros días, todos los demás sindicatos desconvocaron la manifestación sin consultar a los trabajadores. Por otra parte, los colectivos libertarios de Sant Andreu, Polígono Porta, Gracia y Poble Sec, el grupo Mujeres Libres, Socorro Popular Francés y varias emisoras de radio organizan una fiesta infantil para los hijos de los trabajadores en lucha. El 12 la Guardia Civil detiene a diez trabajadores que hacían guardia frente a las casas de algunos delegados que habían sido objeto de atentados cometidos por comandos parapoliciales de la extrema derecha. Inmediatamente se realiza una marcha hacia el cuartel de la Guardia Civil para exigir la libertad de los compañeros; y otra, esa misma tarde, hacia el Ayuntamiento para exigir una entrevista con el alcalde. Las fuerzas del orden intervienen causando numerosos heridos entre los trabajadores. El 20 empiezan las jornadas previstas de solidaridad con Roca. Se forman varios grupos de trabajadores para explicar y difundir la huelga. Se han editado más de 100.000 hojas explicativas, 70.000 pegatinas y 1.5000 carteles. Durante esta jornada son detenidos siete militantes de la CNT. El día 22 tiene lugar en Magistratura de Trabajo la vista en la que se pide la readmisión de 35 de los 46 obreros despedidos. El juicio se aplaza hasta el 29 porque los trabajadores se niegan a aceptar las propuestas de la empresa sin una resolución por parte de la Asamblea. Este aplazamiento es uno de los mayores logros políticos de la lucha de Roca, puesto que implica el reconocimiento de la Asamblea como órgano decisorio (contrapoder) y obliga al magistrado a solicitar al gobernador la autorización de una asamblea que tendrá lugar el 25 en el Polideportivo de Viladecans. Asisten a dicha Asamblea, en la que se discute cómo abordar el juicio del día 29, 3.500 trabajadores de Roca, representantes de varios sindicatos y un gran número de invitados. La Asamblea vota masivamente la continuidad de la huelga, la no aceptación de chantajes económicos y que los delegados se presenten al juicio. El 29 de enero tiene lugar la vista emn Magistratura, pero el testigo principal, Sánchez Pajares, no puede asistir debido a su arresto la noche anterior por la Guardia Civil que lo retiene por encima de las 72 horas legales.
El 1 de febrero Magistratura dicta sentencia favorable a los trabajadores que obliga a la empresa a readmitir a los 35 despedidos. En la sentencia se estima que si bien todos los demandados habían tomado parte en los paros y asambleas, no se podía demostrar que hubieran tenido mayor participación que el resto de los trabajadores y, por consiguiente, no cabía aplicarles una sentencia mayor que a éstos. También se reconoce que la empresa los despidió únicamente por su condición de delegados, con lo que los despidos fueron declarados improcedentes; además, se consideró que el paro de los hornos había sido ordenado por técnicos de la empresa y llevado a cabo incorrectamente. Esta sentencia, aunque las medidas gubernamentales en favor del despido libre consiguen reducirla a un acto puramente testimonial, servirá para desmontar las campañas difamatorias promovidas por la patronal y por los dirigentes de las centrales sindicales (especialmente USO y CCOO) y difundidas por los medios de comunicación. En la madrugada del mismo día, un comando parapolicial de extrema derecha autodenomiando "Alianza Apostólica Anticomunista" atenta contra la vida de tres trabajadores, que montan guardia ante los domicilios de algunos delegados en el Poblado de Roca, dejándolos tendidos en el suelo al creer que estaban muertos.
El día 2 se celebra en la montaña una asamblea que apreba la redacción de "Roca en Lucha nº4", en el que se describe la escalada represiva que sufren desde el 12 de enero, y se hace un llamamiento a la solidaridad activa y a la convocatoria de una huelga general en el Baix Llobregat los días 15 y 16. Sánchez Pajares es puesto en libertad. El 4 la empresa recurre la sentencia al Tribunal Central de Trabajo. En aquellas fechas aparece publicado en la prensa que el paquete de acciones en manos de la American Standard había sido vendido a dos grupos bancarios locales: el Banco Atlántico, controlado por Rumasa (150.000 acciones, el 7% del capital), y Catalana-Banco Industrial (7%). El 6% restante es reabsorbido por el grupo familiar Roca que controla la mayoría del capital.
El 9 Roca amenaza con más despidos si en 24 horas no hay una reincorporación al trabajo. A las cinco de la tarde se celebra una Asamblea en el Pabellón Polideportivo de Viladecans a la que asisten 3.500 trabajadores y en la que se defienden dos posturas. Una, que propugna el regreso a la fábrica en las condiciones que la empresa había ofrecido a la última comisión de delegados, al valorar la necesidad de mantener la unidad de los trabajadores y el prestigio de la Asamblea, después de tres meses de lucha durísima; y otra, que defiende la necesidad de continuar la huelga mientras la patronal no diese garantías de estabilidad en los puestos de trabajo y no cesaran las represalias. La Asamblea apoyó de forma masiva esta segunda postura.
El día 10 se celebraba otra Asamblea en el descampado con la asistencia de 2.500 trabajadores, en la que se acuerda el regreso al trabajo, para evitar una "motoriberización" (en referencia al conflicto de la fábrica Motor Ibérica) del conflicto y la posibilidad de división por el cansancio acumulado y ante la imposibilidad de que se produjera una huelga general en la comarca. Se discuten también las condiciones de vuelta al trabjao y la necesidad de continuar la lucha en el interior de la fábrica en condiciones más favorables.
Por último, el día 11, tras una Asamblea en las proximidades de la factoría en la que participan más de 4.000 trabajadores, se realiza una marcha sobre Roca al grito de la huelga finaliza, la lucha continúa. La marcha estaba encabezada por los delegados despedidos y numerosos familiares que se quedan en la puerta de la fábrica. Aquella mañana no hubo ningún trabajador que cumpliera con el cotidiano rito de fichar. La primera tarea que se propusieron los trabajadores reincorporados fue sustituir a los delegados represaliados.

El proceso auto-organizativo: la asamblea, las comisiones y los comités de apoyo
Durante los 95 días que duró la huelga, los trabajadores de Roca organizaron la lucha a través de Asambleas diarias. La asistencia media oscilaba entre los 2500 y los 3500 miembros, con excepciónn de aquellas que por la represión se tenían que hacer en la montaña y a las que asistían entre 300 y 1000 personas. El principio organizativo fue siempre la unidad de todos los trabajadores de la factoría; tenían cabida todas las tendencias y opiniones existentes en la fábrica; la base organizativa fue la asamblea tanto en la elección de representantes como en la toma de decisiones relativas a la lucha. Bajo el control de la asamblea se crearon diversas comisiones formadas por trabajadores de Roca. Estas comisiones fueron las encargadas de difundir la lucha en fábricas y barrios; posibilitaron el mantenimiento de la huelga al crear mecanismos de solidaridad económica, es decir, una caja de resistencia que una comisión específica, previa elaboración de informes para evitar desigualdades en el reparto, distribuía entre los obreros más necesitados. Se creó también una comisión de prensa e información sobre el desarrollo del conflicto que analizaba las expectativas de la lucha que luego eran debatidas en asamblea; y una comisión de organización interna encargada de llevar la agenda de reuniones y entrevistas. Las comisiones tenían además una función implícita consistente en evitar que el comité de huelga centralizara toda la información. Las mujeres jugaron sin duda un papel crucial en las comisiones, en la extensión de la huelga y en la creación de la caja de resistencia; participaron en las asambleas y en las manifestaciones; formaron parte de los grupos que rodeaban la fábrica por la mañana para evitar la entrada de esquiroles, y que hacían guardia frente a las casas de los delegados durante la noche para evitar posibles atentados.
Por otra parte, a principios de diciembre se formaron comités de apoyo para, sobre todo, romper el cerco informativo establecido por la prensa y por los sindicatos. Estos comités estuvieron formados inicialmente por mucha gente, en su mayoría ajena a la fábrica, pero pronto aquellos que pertenecían a partidos y sindicatos los abandonaron al ver que había poco lugar para el maniobreo político (algunos querían constituir sobre su base una mesa de partidos). Entre los diversos comités que apoyaron la huelga destacan los de prensa y sanidad, formados por delegados de Roca y por obreros de sectores que se solidarizaron con la lucha. En el caso del comité de sanidad, éste surgió por la necesidad de cubrir la asistencia médica (hospitalización, intervenciones quirúrgicas, etc.) ante el aviso de la seguridad socia, a los 3 meses de huelga, del fin de sus servicios. Dos delegados de Roca mantuvieron una reunión en el Colegio de Médicos y a continuación se formó el comité de apoyo sanitario basado en la solidaridad activa y horizontal.

Contexto Político
El análisis del contexto político general del país en los últimos meses del año 76 muestra hasta que punto la huelga de Roca Radiadores constituía un factor de disidencia en el clima pactista existente entre las principales fuerzas políticas del momento. En aquel periodo, dada la incapacidad del régimen para gestionar un plan de reforma del capital, el gobierno de Suárez inicia una serie de contactos con los partidos de la opisición democrática con objeto de desarrollar fórmulas que hicieran posible un pacto político y social para la reforma. Comienza así un proceso para recolocar las piezas en el tablero que las opciones electoralistas prefiguran y que supone: de un lado, la liquidación de las plataformas unitarias de oposición precedentes, caso del Cosell de Forces Polítiques y la Asamblea de Catalunya; y de otro, la aparición de cónclaves de líderes opositores como la Comisión de los Nueve.
Partidos de izquierda y sindicatos ven en estos acercamientos no sólo la posibilidad de obtener garantías legales para su existencia, sino también de poder capitalizar en beneficio propio las posiciones ganadas en las luchas de los años precedentes, al aparecer éstos como los únicos interlocutores válidos del movimiento obrero ante el gobierno. Los sindicatos, coordinados a través de las COS, tenían la posibilidad de generar movilizaciones masivas para refrendar las posiciones de fuerza y legitimidad de los partidos cara a las negociaciones con el gobierno. Es por ello que la consigna que circula en la mayor parte de las organizaciones sindicales es la de acaparar los puestos de representación de los trabajadores y supeditar las luchas y reivindicaciones a consideraciones de estrategia de partido. Cuestiones como la no readmisión (despido libre) o la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores por las medidas económicas del gobierno son aplazadas por los sindicatos en pro del pacto político. En este marco se desarrolla la jornada de huelga del 12 de Noviembre, más como ensayo de movilización y disciplina sindical de la clase obrera que como jornada de lucha reivindicativa.
La lucha de Roca, con su organización asamblearia, al impugnar los enlaces sindicales por la incompetencia demostrada para defender los intereses de los trabajadores, representaba un peligro para el control sindical del movimiento obrero. En efecto:
"ROCA significaba la gran excepción, la tremenda verruga que había interrumpido sin permiso en el mismo corazón del Baix llobregat, donde estaba localizado el proletariado tradicionalmente respetuoso con la estrategia sindical de la corriente mayoritaria de Comisiones Obreras" (Destino, 1977)"

Papel de los sindicatos y medios de comunicación
La postura adoptada por sindicatos y medios de comunicación durante la huelga de Roca refleja, con pocas excepciones, el modelo de gestión del conflicto instaurado en los años de la transición, y muestra fielmente quienes iban a ser a partir de entonces los sirvientes del Estado y de los intereses capitalistas. A este respecto, los aparatos sindicales pusieron en marcha su maquinaria de contro, y encuadramiento de los trabajadores para evitar iniciativas desestabilizadoras que pudieran poner en peligro su función de mediadores en el diálogo conciliador entre gobierno y oposición. Como observa Patricia Gabancho en Destino (2/01/77):
"El carácter general de las reivindicaciones de Roca, la converte en una lucha por los derechos de los trabajadores... la reforma en todo caso vería peligrar su viabilidad y junto a ella la posibilidad de elecciones y la legalización, tanto de las centrales sindicales como de los partidos. Este factor ha pesado dramáticamente sobre el conflicto de Roca. ¿Estabilizar la reforma o poner al desnudo sus contradicciones? La estrategia de las centrales sindicales ha condicionado todo el proceso poniendo en evidencia la supeditación de la lucha obrera a las cuestiones puramente electoralistas que las distintas formaciones políticas se planteaban en este momento... Ha quedado patente una estrategia sindical pactista del eterno "volver al trabajo y después negociar".
Los medios de comunicación cumplieron como "bomberos diligentes" al servicio de aquellos que veían sus intereses amenazados por aquellas formas de organización autónomas: los grandes grupos financieros y económicos (propietarios de estos medios) y las propias centrales sindicales. Con excepción de la CNT que desde el principio dio su apoyo a la huelga económicamente y a través de comités, las maniobras de las centrales para evitar la extensión del conflicto de Roca a otras fábricas y la imposibilidad que tuvieron de colocar a sus hombres en el comité de huelga explican a la perfección las razones de la campaña de desprestigio de la lucha de Roca, calificada de "huelga salvaje" por su carácter autoorganizado. La campaña se desarrolló fundamentalmente en aquellas fábricas en las que CCOO tenía una presencia mayoritaria, a través del boicot a los actos organizados por los trabajadores de Roca y del engaño basado en promesas posteriormente incumplidas. En todo caso, el objetivo princial de CCOO, USO y en algunos casos de la UGT (por ejemplo en la empresa Bru) era impedir que cuajase la huelga general en el Baix Llobregat los días 15 y 16 de febrero. Al parecer, una de las claves que impiedieron la extensión del conflicto a toda la comarca fue la firma del Convenio del Metal y la "buena disposición" hallada en los líderes obreros. Ya en el mes de diciembre, en un comunicado aparecido en El Correo Catalán (día 3), el Comité Federal del Metal amenazó con retirar su solidaridad y presionó a los trabajadores de Roca para que negociaran con la empresa, cuando estaba claro que era precisamente ésta la que no estaba dispuesta a negociar. El comunicado terminaba afirmando que la postura de los trabajadores abocaría a la miseria a miles de familias. A partir del 9 de noviembr, los delegados de CCOO dejaron de asistir a las asambleas de Roca para preparar la jornada del 12, otra de las muchas jornadas de movilización para apoyar al bloque de oposición democrática al gobierno; un ejercicio más de disciplina sindical. Sin embargo, CCOO se comprometió con posterioridad a realizar un llamamiento a la huelga general en el Baix Llobregat si se sustituía la comisión de despedidos por una formada por no despedidos, para negocial con la empresa en el caso de que ésta no aceptara la nueva comisión. No lo cumplió, Las maniobras de boicot para que los trabajadores de Roca no pudieran informar de la lucha en otra fábricas y empresas fueron múltiples: cambiar la ubicación de la asamblea (Hispano Olivetti), les impiden intervenir (FECSA), les interrumpen o ridiculizan, etc. Por si esto fuera poco, CCOO engaó a los trabajadores de Roca en Alcalá de Guadaira y en Alcalá de Henares en huelga de solidaridad con Gavá para que dejaran de producir, al informarles de que los trabajadores de Gavá se había reincorporado al trabajo. A lo largo de toda la huelga, tanto CCOO como USO pusieron como condición para ofrecer su solidaridad la imposición del voto secreto y el mantenimiento de los hornos encendidos: además negociaron a espaldas de la Asamblea de Roca con el Delegado Rovincial de Sindicatos y con el Gobierno Civil al desconvocar la manifestación del día 4 de enero.
Por fin, en cuanto a los medios de comunicación, también con algunas salvedades, su contribución al intento de aislar el conflicto de Roca fue esencial: con el silencio cuando era posible, y cuando no, a través de la deformación de la información. Definieron la huelga en términos de "salvajismo irracional"; optaron por el sensacionalismo; desterraron conceptos tales como autonomía obrera, asamblea, revocabilidad, etc... No utilizaron los comunicados de prensa distribuidos diariamente por la comisión de Roca y, en cambio difundieron informaciones de corresponsales o periodistas desplazados, publicando sólo los comunicados de la empresa (sobre el apagado indebido de los hornos, el atentado contra una delegación de Roca en Barcelona...), a pesar de que fueron desmentidos y Magistratura dio la razón a los obreros.

J.R. Oliva y A.J. Seweel, artículo extraído del libro Asalto a la fábrica. Luchas autónomas y reestructuración capitalista 1960-1990. coordinado por Francisco Quintana. Alikornio ediciones 2002.

jueves, 24 de julio de 2008

lunes, 21 de julio de 2008

Kortatu

Kortatu "Sarri Sarri", cuando Josu Pikabea y Joseba Sarrioandia se fugaron de la prisión de Martutene escondidos en los bafles del equipo musical de Imanol Larzabal. Barricada y Kortatu habían tocado unos meses antes en Martutene y les acusaron de preparar la fuga, aunque nunca se les denunció. La canción es del primer disco de Kortatu, del año 1985.



domingo, 20 de julio de 2008

Barricada

Barricada "No hay tregua", inmortal. Aparición en el programa Plastic de TVE en 1990. El tema lo editaron en su disco No hay tregua 1986



Gamonal-Burgos arde. Agosto 2005.

El jueves 19 de Agosto de 2005 el Ayuntamiento de Burgos dio inicio a las obras de construcción de un descomunal parking en la calle Eladio Perlado, en el barrio de Gamonal.


El jueves 19 de Agosto de 2005 el Ayuntamiento de Burgos dio inicio a las obras de construcción de un descomunal parking en la calle Eladio Perlado, en el barrio de Gamonal. En poco tiempo la ciudad de Burgos ha sido pasto del proceso especulativo en el que varias mafias del ladrillo, respaldadas por l*s polític*s de turno, han convertido la ciudad en un paraíso de la especulación y el mamoneo inmobiliario. La empresa que quiere construir el parking, llamada Arranz Acinas, tiene a sus espaldas 10 muertos producidos por un accidente laboral el pasado 13 de enero, pues parece ser que el almacén donde se cambiaban los obreros que construían el carril bici saltó por los aires ya que ahí también se almacenaba gasolina. Pero esta vez la cosa no fue como ell*s esperaban, la noche anterior la policía comienza a poner los carteles en los árboles para que los vecinos vayan apartando sus coches, a los pocos minutos de colocarlos l-s vecin-s retiraron y procedieron a la destrucción de las chapas informativas. Son las 5 de la madrugada cuando comienzan a llegar policía local y unos pocos nacionales escoltando a los obreros encargados de colocar el vallado para la obra. Un*s vecin*s con el sueño ligero se asomaron y dieron la voz de alarma: silbatos, caceroladas y una sirena, imitando a los avisos de la llegada de los bombarderos fascistas, sirvieron para despertar a todo el barrio que se echó a la calle para paralizar el inicio de las obras. Esta vez sólo bajaron unos 60 vecin-s, que se pusieron frente a los camiones para complicar el colocado de las vallas. La policía local comenzó a cargar con dureza, ancian-s y niñ-s fueron golpeados brutalmente y algún vecino respondió a los policías con puñetazos. Hubo dos detenid*s y un número indeterminado de contusionad*s en el hospital. Por la tarde se convocó al barrio a una asamblea en la que los ánimos estaban muy caldeados. Después de 30 minutos de asamblea, de que se expusiese los hechos de la mañana, de enfocar la rabia hacia los policías que se encontraban de nuevo custodiando las vallas, se decide partir en manifestación hacia el lugar donde se encuentran las vallas que acotan la calle entera. Al grito de “si esto no se arregla guerra, guerra y guerra”, “Eladio Perlado, Parking no!!” y “aquí se tortura como en la dictadura” la gente comienza a colocarse junto a las vallas y a la de tres tod*s comienzan a zarandearlas, puesto que estaban atornilladas y soldadas, hasta que van cediendo; la policía ante el miedo a sufrir la ira del barrio se mantiene a la expectativa. Los insultos a la policía (“policía asesina” o “la policía tortura y asesina”) se sucedieron, l*s vecin*s del barrio se echaron a la calle para mostrar su malestar con una construcción que, además de ser una descarada imposición de los caciques locales y su morralla política, supone un evidente deterioro de las casas donde vive la gente debido a su antigüedad y pésima construcción (Gamonal es un barrio obrero creado en los años 70 para dar cabida al éxodo rural burgalés que se incorporaba a las fábricas que se iban creando). Cabe decir además que por debajo de la calle pasa un río subterráneo. Las vallas comienzan a ser impetuosamente zarandeadas, la policía local hace un amago de carga pero se ve desbordada por la enorme cantidad de gente. La situación se desboca y se tumban casi la totalidad de las vallas. A un lado y otro de la calle van surgiendo barricadas aprovechando los contenedores volcados. La pretensión de l*s vecin*s es que la policía abandone el barrio, y para ello les acorrala. La policía impotente intenta cargar pero lejos de dispersar a la multitud (que ya suma más de 500 personas) lo único que consigue es que se desaten los disturbios. Varios grupos arrasan con todo, vuelcan contenedores, destrozan cabinas, lanzan objetos a la policía, cortan la calle Vitoria (una de las principales arterias de la ciudad) y finalmente, ante una nueva carga de los mercenarios de azul para deshacer el bloqueo de esta emblemática calle burgalesa, se prenden contenedores, arde la caseta de la obra (ante la imposibilidad de volcarla), y se ataca a la madera con botellas, piedras, tornillos, bombas de salfumán y otros objetos. Los agentes del orden asisten atónitos al acto vandálico de la turba, pero no perdieron pese a todo su prepotencia y chulería macarril (actitud que llegó al paroxismo cuando un policía, vecino de la propia calle Eladio Perlado, llegó a amenazar a sus convecin*s). Algún intento de volcar un coche de policía y la batalla campal se desata hasta la madrugada, al recibir los guardianes del Estado refuerzos de otras provincias. Estos disturbios que hacia las 23 horas parecían llegar a su fin, sufrieron un espectacular recrudecimiento cuando los matones del sistema dispararon una pelota de goma a la cabeza de un chaval a una distancia de 5 metros, dejándolo tendido en el suelo. L*s vecin*s le dieron por muerto (al final está en vigilancia médica en el hospital aunque su vida no corre peligro) y desde las ventanas comenzaron a lanzar todo tipo de objetos: sartenes, muebles, basura, tazas de wc, frutas y verduras, patatas,... a lo que la policía respondió disparando balas de sal y pelotas de goma contra las ventanas. Además se formaron varios grupos de vecin*s que se dispersaron por todas las calles aledañas, atacando a la policía y atacando la propiedad. A las 2 y pico de la madrugada los disturbios tocaban a su fin con un saldo de decenas de vecin*s herid*s, 9 policías estropeados (y esperamos que se mueran), y 6 detenid*s amén de decenas de identificad*s a la espera de juicio. Al día siguiente los medios del poder comienzan su ya clásica campaña de intoxicación (el alcalde culpa a “grupos anarquistas y anti-sistema, la prensa a radicales venidos de Euskadi, etc...), sin embargo los hechos fueron protagonizados exclusivamente por vecin*s de Gamonal y otros barrios burgaleses que se solidarizaron; vecin*s que por propia iniciativa han comenzado una labor contra-informativa para desmentir las distorsiones de la prensa. Ahora l*s protagonistas de los disturbios, es decir, l*s vecin*s de Eladio Perlado y los demás participantes, han creado unos potentes lazos de solidaridad, simpatía y complicidad, fruto de una lucha que, lejos de terminar, no ha hecho más que comenzar.
Seguiremos informando del desarrollo del conflicto, ya que el ayuntamiento sigue empeñado en construir el parking. Por nuestra parte, desde el Burgos rebelde, apelar a la solidaridad de tod*s l*s compañer*s, pues si las máquinas vuelven l*s vecin*s saldrán a las calles, calles que ahora estarán (y ya lo están) tomadas por los antidisturbios. Por la extensión de la revuelta, acción directa contra el Estado.

Un*s vecin*s del Gamonal insurreccional.


Un vídeo-documental titulado La calle es nuestra acerca esta situación. Dirigido, escrito y montado por Los francotiradores del vídeo (r), cuadrilla del 18 de agosto.

viernes, 18 de julio de 2008

LAS REVUELTAS IRMANDIÑAS. Siglo XV.

Nos situamos en la Galicia del S. XV, tiempos de caos señorial y de crisis del feudalismo. La victoria de la dinastía de los Trastámara en 1369 había configurado una nueva clase feudal en poder de las tierras de Galicia. La demografía comienza a repuntar, repunte acompañado de una escasez de tierras, resulta difícil roturar nuevas para cultivo. El bandolerismo nobiliario es una constante. La rapiña caballeresca lleva a ambicionar los dominios y los privilegios de los señoríos eclesiásticos, de los que los señores laicos, aprovechando el contexto de robos y saqueos usuales, participan mediante la encomienda monástica. Los tributos a los campesinos gallegos son sangrantes: gaudiosa (tributo por el nacimiento de un hijo), luctuosa o facendera (suma de dinero o cabeza de ganado por contraer el matrimonio), conducho (obligación de dar al señor luz, habitación, ropas y forraje cuando pasaba por un territorio dependiente del señorío), fogaza, fonsado, etc. La lucha antiseñorial constituye un proceso ininterrumpido que culmina con la acción de la Santa Irmandade do Regno de Galicia en 1467, episodio conocido como segunda guerra irmandiña. Al lado de la lucha antiseñorial, está la lucha intraclasista entre los señores feudales, que manifiestan o agudizan la tensión social. En este contexto de rapiña bandolera, surgen en Castilla hermandades que intentan imponer justicia y orden en las regiones. Ya provenían del siglo XII como se desprende del texto del Anónimo de Sahagún y también de otra crónica de la misma época de Santiago. No está muy claro el carácter de este fenómeno de la hermandad a lo largo de la Plena y de la Baja Edad Media. ¿Podría decirse que era la organización base de las aspiraciones populares de justicia y orden? Los reyes solían animar a su constitución, y también en el caso de la revuelta irmandiña el beneplácito de Enrique IV es fundamental.
En 1418 hay noticias de una hermandad en Compostela. Deja constancia este texto sobre la coyuntura en que se creaban hermandades,

“Por cuanto a eles era dito e havian por información de algunhas personas que en a dita cibdade e cerca dela arrededor e en outras partes de este arzobispado se facían e querían facer moitos roubos, furtos e outras forzas por mingua de xustiza e esto por quanto noso señor o arzobispo de Santiago don Lope agora de presente está ydo á a corte do noso señor el rey, a servizo do dito señor rey en proveito e onrra suya e da dita cibdade e arzobispado agora non podían ser tanben gardados nen defensos en direito e justizia sen para elo facer ermandades…”

La hermandad asume la ejecución de la justicia, nombrándose dos alcaldes y 38 cuadrilleros pertenecientes a diez parroquias de la población. Cuando en 1420 se pone en práctica la hermandad, la tensión latente entre el concejo de Santiago y las autoridades eclesiásticas, culmina en una revuelta en 1421: la hermandad y los gremios con Ruy Sánchez de Moscoso como individuo destacado… Por unos documentos del archivo catedralicio compostelano recogidos por López Ferreiro, podemos acercar algún pormenor de este conato rebelde:

“vecinos de Santiago con otros muchos sus cómplices, favorecedores y secuaces, hallándose ausente por causas legítimas en la corte del rey Don Juan dicho arzobispo Don Lope, sin más autorización que su propia temeridad, impusieron nuevas sisas, tributos y gabelas en los mantenimientos y mercancías en gran perjuicio de la Iglesia y de la libertad eclesiástica. Y porque el cabildo contradijo estas imposiciones, los afiliados de la hermandad quisieron penetrar a mano armada en la catedral, y amenazaron con enterrar vivos a los canónigos en las huesas que habían abierto en el cementerio de la Quintana, obligándoles a permanecer encerrados en la iglesia…”

La intención del concejo de la ciudad es convertir a Santiago en realengo. La llamada primera guerra irmandiña acontece en tierras de Andrade en 1431, motivada por el carácter duro de Nuño Freire, los vasallos se sublevan contra su señor:

“Y entre los otros negocios que el rey había de despachar antes que para la frontera partiese, era uno que pendía entre Nuño Frayre de Andrada y sus vasallos de la Puente de Hume, Ferror e Villalba que eran suyas que se habían todos levantado contra él, diciendo que era señor muy fuerte e duro e que no lo podían comportar, e hacíanle guerra tres mil hombres en más e le habían talado algunas viñas e huertas, e con esto se habían juntado muchos otros de los obispados de Lugo e Mondoñedo, que serían bien diez mil hombres y más, e habían tomado por capitán un fidalgo que se llamaba Ruy Sordo; e traían un pendón de Santiago e hicieron todos una hermandad, e por toda la tierra les llamaban los hermanos, e andaban así poderosamente haciendo muy grandes males e daños en la tierra que en las rentas del rey ni contra su justicia no tocaban…”
(Fernández Pérez de Guzman “Crónica de Juan II”)

En esta primera guerra irmandiña los hermanados son derrotados. Durante el siglo XV se suceden los conflictos por una dependencia más llevadera, igual que en toda la Edad Media. Pero el suceso que más interesa es el que acontece en 1967, conocido como Segunda Guerra Irmandiña, con claros tintes antiseñoriales y con protagonismo campesino-popular. Durante dos años la región gallega fue gobernada por los irmandiños.

LA REVUELTA IRMANDIÑA 1967 - 1969
La nobleza gallega acusa una incapacidad patente para gobernar el reino y ejercer su dominio social sin una violencia física desmesurada; los forajidos protegidos por los señores se hacen eco en una bula expedida en el 1455 por el mismo papa Calixto III; los de abajo, según ellos mismos decían, “no podían resistir” los agravios, las violencias y los tributos de los señores de las fortalezas; desde 1465 se produce cierto vacío de poder en la Corona de Castilla y León como consecuencia de la guerra civil entre Enrique IV y Alfonso XIII, la nobleza gallega se divorcia del rey legítimo. Arrecian las demandas a Enrique IV de los concejos de las ciudades más importantes gallegas para que apruebe y legitimice la hermandad como portadora del orden y la justicia. Una vez obtenida la autorización del rey, la constitución de la Santa Irmandade del reino de Galicia se pregona por plazas y calles: “esta cibdad es de las del rey” hacen grabar los de Betanzos en la puerta de la ciudad. Llega una nueva hermandad a Galicia, la chispa en el secarral de yerbas está prendida. Dice Vasco de Aponte:

“Logo en este tiempo se levantó la hermandad que todos los villanos levantaron contra sus señores, en que derrocaron cuantas fortalezas había en Galicia, excepto la fortaleza de Pambre”

El licenciado Molina, en su Descripción del reino de Galicia escribe:

“Puede haber de acá setenta años que se levantó en el país de la gran hermandad de todo el común…”

Ruiz Vaasques expresa una idea semejante:

“… En este encomedio levantouse toda a terra con a Santa Irmandade…”

Algunos testimonios ven en los corregidores los mediadores que transmiten la autoridad a la nueva insitución para hacer justicia:

“viniera un corregidor… el qual por mandado de dicho rey fiziera juntar la dicha gente común en la dicha hermandad e fiziera alcaldes en ella y les dio baras de justiçia para que castigasen los malfechores e para que derrocasen las fortalezas del dicho Reino”.

La elección de alcaldes, diputados y cuadrilleros de la Santa Irmandade tiene lugar en grandes asambleas, que se comienzan con la lectura pública de “çierta provisión y mandado del rey”. Al mismo tiempo que el común de las ciudades, entran en escena los campesinos de los alrededores y las parroquias rurales de todo el reino, las parroquias eran centro de vida social. El movimiento irmandiño surge espontáneamente y progresivamente va siendo engrosado por campesinos y elementos populares que le dan un portagonismo antiseñorial y antifortaleza al movimiento. Alfonso de Piñeiro hacía constar:

“oio dezir que otros caballeros andaban fuidos e ausentados por las iglesias e monasterios, que no osaban parar a causa de la hermandad porque si los hallaran los prendieran… para hacerles pagar los rrobos que abían fecho de las fortalezas a la gente común.”

En vísperas del asalto general a las fortalezas, a medida que se va conformando una poderosa Santa Irmandade, será la reparación de daños y agravios la actividad más destacada. El ejercicio de la justicia es impartido por unos jueces extraordinarios: los alcaldes de la hermandad, los cargos dirigentes más numerosos, poseedores de las varas de la justicia, que sin esperar órdenes superiores la imparten con un primer objetivo, “quitar las muertes y robos que se hazían”. “Los alcaldes de la dicha hermandad azían justicias e aseteaban e quando justiçiaban alguno dezían e sonaban el pregón que aquello mandaba el rey e la sancta hermandad”. El ajusticiamiento de malhechores, habitualmente por el método conocido como saeta (atravesaban al reo con flechas el cuerpo), fundamentaba la celebridad justiciera de la hermandad. Los ajusticiados venían a ser malhechores comunes y escuderos al servicio de las fortalezas señoriales, los caballeros no aparecen en las fuentes como objeto de esta justicia. La característica más notoria de la revuelta irmandiña es el asalto a las fortalezas, animados los irmandiños por el lema “todos a una” que deja entrever la unidad y la solidaridad de la que hacía gala el movimiento. La fortaleza debía ser percibida comúnmente por las gentes gallegas como fuente de todos los males y de los daños, símbolo de los “tiempos rotos” preirmandiños. Un episodio célebre se da en la Xunta de Melide. En ella la hermandad se reúne con los nobles del reino y les pide que entreguen sus fortalezas al nuevo poder, lográndolo en numerosos casos. La negativa de alcaldes y señores se extiende al correr la notica de los derrocamientos de fortalezas más precoces, como el del Castelo Ramiro. Comienzan entonces los asedios y asaltos a los castillos recalcitrantes: “los tenían çercados hasta que xe ñas entregaba e delas dize que oia dezir que xe las tomaban por combate”. La superioridad numérica de los asaltantes y la ira justiciera permitieron las victorias, “quando querían tomar alguna se juntaba mucho número de gente y estaban sobre ella hasta que la tomaban y derrocaban”. Según un testimonio de un cantero de ochenta años que de joven había derribado fortalezas, la consigna era que “no quedara en ella piedra con piedra”. En algún pregón insurreccional se llega a convocar a los vasallos insurrectos con “armas y martillos y picos y derrocar fortalezas”. En el pleito Tabera-Fonseca, fuente documental más importante de donde se recogen los testimonios citados, se nombran más de 140 fortalezas derribadas, y es posible que esta cifra quede por debajo de la realidad. En 1468, en plena revuelta, ya se decía que no “deixaron fortolleza en todo o reino de Galiza”, en la tradición popular y favorable también se dice “diputados y gentes de la dicha hermandad derrocaran todas las fortalezas y castillos del dicho Reino de Galiza de señores y caballeros del que no quedó ninguna”. La única fortaleza que quedó en pie según está escrito en fuentes documentales es la fortaleza de Pambre. El símbolo irmandiño lo constituía la bandera blanca que algunos llamaban peyorativamente sudarios. Una curiosa imagen del sentido de la revuelta irmandiña nos la concede un vecino de Betanzos, testigo visual de los sucesos de 1467: “les oía dezir que los gorriones abían de correr tras los falcones”, “bió que los de la dicha hermandad corrían tras de los dichos caballeros hasta que los hizieron yr del dicho Reino”. El triunfo de los gorriones frente a los halcones es el triungo de los vasallos contra los señores, Lope García de Salazar deja claro que de 1467 a 1469 “no quedaron con ellos [los señores] sendos servidores que los sirviesen. Echáronlos de todas sus tierras e heredamientos, que un solo vasallo ni Renta no les dexaron”.
Las fuerzas sociales que participan en la Santa Hermandad provienen de distintos estamentos: de la baja nobleza, el bajo clero, elementos burgueses y una intervención constatable de elementos campesinos. Los principales jefes del levantamiento irmandiño son representantes de la nobleza territorial: Alonso de Lanzós, señor de Louriña, Pedro de Osorio, señor de Villalobos y Diego de Lemos, sñor de Sober y de Amarante.
Los halcones respondieron tras el fin de la guerra civil castellana en 1468, “se levantaron cavalleros e hidalgos contra el pueblo… y el pueblo fue vençido”. Este es el principio del fin de las hermandades en Castilla y León. En primavera-verano, la entrada de los ejércitos de los señores gallegos exiliados tiene lugar. Tres son los ejércitos que entran, desde Portugal liderados por Pedro Alvarez de Soutomaior, el arzobispo Fonseca conduce otro ejército desde Salamanca, y el tercer ejército va desde Castilla comandado por el Conde de Lemos. La derrota irmandiña en Balmalige supone el fin de los iramandios como poder gallego, como Santa Irmandade del Reino de Galicia, que no vuelve a realizar Xuntas generales. La lucha se prolonga hasta 1472, pero de forma local. Andrade, centro de la primera guerra irmandiña, destaca en una resistencia más obstinada. En campo abierto, la victoria de los caballeros es indiscutible, debido precisamente a la destrucción de las fortalezas. Pero en la ciudad y en villa amurallada resulta más costosa. Cuando todavía la reacción no se había apoderado de las ciudades las disputas señoriales comienzan a aflorar. Santiago resiste al arzobispo Fonseca, pero en medio de las disputas señoriales, entablan una alianza la hermandad y el arzobispo. Este último se compromete a respetar los usos y costumbres de la ciudad. A este pacto se unen otras ciudades como A Coruña y Pontevedra, otras ciudades buscan el apoyo real. La revuelta irmandiña se saldó sin una dañina represión, se ordenaron reconstruir algunas fortalezas y alguno como un escudero dirigente de la hermandad de Ponferrada, Álvaro Sánchez de Arganza, es ajusticiado por la saeta.
En la década de los ochenta del siglo XV, bajo mandato real de los reyes católicos concretado en el gobernador Fernando de Acuña, decenas de las fortalezas reconstruídas son derribadas: los vencedores en la batalla de Balmalige son veinte años después derrotados, siendo alejados de Galicia a la fuerza.


Información sacada del libro La revuelta irmandiña de Isabel Beceiro (Akal editor 1977) y del trabajo de Carlos Barros para la Universidad de Compostela Revuelta de los irmandiños. Los gorriones corren tras los alcones .

jueves, 17 de julio de 2008

2pac

2pac "Changes", esta canción la editaron póstumamente a su muerte en el álbum Greatest hits.



martes, 15 de julio de 2008

Comunicado nº 4 de los Grupos Autónomos desde la prisión de Segovia. Marzo de 1979.

La composición de los grupos autónomos actuales se basa en una antigua relación de actividad revolucionaria surgida de una intervención práctica, que se inicia a partir de los años 70, de apoyo y participación en las luchas sociales tendentes a la autonomía de la clase y a la autosupresión del proletariado por sí mismo, es decir, a la realización de una sociedad auténticamente comunista.
Esta relación se intensifica a partir del asesinato legalizado de Salvador Puig Antich por el Estado Español en Marzo de 1974. Las acciones armadas de solidaridad que se llevaron a cabo antes y después del asesinato -tanto en España como en el extranjero- sirvieron de plataforma de unión entre los diversos grupos e individuos autónomos, para pasar posteriormente a un nivel superior de coordinación que nos permitiera dar una respuesta más amplia y eficaz contra el capital.
Para nosotros es evidente que tanto el fascismo como la democracia son dos formas de dictadura y explotación del capital sobre el proletariado. En cuanto a los países denomiandos "socialistas" no son más que otra variante de tipo burocrático.
Las intervenciones prácticas de los grupos autónomos fueron motivadas por la existencia de las luchas radicales de la guerra social moderna entre el proletariado y todos los defensores del capitalismo; no se limitaron a un ataque parcial y limitado para denunciar algunos de los aspectos más flagrantes de las contradicciones del sistema capitalista, sino que fue una respuesta cotidiana y global contra su totalidad. Estas intervenciones se concretaron entre otros en los hechos siguientes: una serie de atentados con bombas y cócteles molotov en el 76 y 77 contra empresas alemanas por los "suicidios" de estado de algunos militantes de la RAF, y contra empresas francesas por la extradición de Klaus Croissant; tanto en Barcelona como en Madrid. Las acciones del 77 se realizaron en coordinación con grupos autónomos franceses que intervinieron sobre los mismos objetivos en Francia. A mediados del 78, con motivo de la visita de Giscard D'Estaing a España, una nueva serie de atentados coordinados con los grupos franceses: en Francia contra empresas españolas y en España contra empresas francesas. Todas estas intervenciones fueron una respuesta revolucionaria internacionalista contra la represión sin fronteras del capital.


Apoyo a las luchas obreras autónomas: en Barcelona, en el 77 a las huelgas de "Roca" y transportes "Mateu-Mate". En Madrid, a las huelgas de la contrucción en el 76, "Roca" y el "Metropolitano" en el 76 y 77 respectivamente; a principios del 78 nueva intervención en el metro por las subidas de tarifa. Todo esto mediante atentados contra dependencias de dichas empresas por la intervención militar de la policía contra las asambleas y destrucción de la organización de trabajadores. En el 75, 76 y 77 en Barcelona, Valencia y Madrid en los sucesivos aniversarios del asesinato de Salvador Puig Antich, atentados y cócteles contra bancos en respuesta a la masacre de Vitoria, y, a principios del 77, por los asesinatos de la policía en las calles de Euskadi, lanzamientos de cócteles y ataque a nivel de comandos masivos contra cuarteles de la Guardia Civil y comisarías.
Apoyo a la lucha de los presos: en Barcelona, Valencia y Madrid, todo a lo largo del 77 y principios del 78, numerosos atentados contra juzgados, cárcel Modelo de Barcelona y diversos edificios del Ministerio de Justicia.
Para cubrir las necesidades económicas de nuestro tipo de lucha recurrimos a las expropiaciones contra bancos, empresas privadas, falsificaciones, atacando al capital y reapropiándonos, directamente y sin intermediarios, de uan parte de lo que necesitamos. Algunos de nosotros, que estamos en la cárcel reivindicamos algunos atentados y algunas expropiaciones. Los demás nos identificamos y solidarizamos con dichas acciones y reivindicaciones, a pesar de no haber participado en ninguna de ellas, pues la policía y los jueces nos acusan sin pruebas y sólo lo reconocimos después de ser salvajemente torturados.
Nuestras acciones no intentan imponerse a los proletarios que se autodefienden combatiendo la alienación fuera del terreno político y sindical (huelgas salvajes, asambleas generales soberanas)).
A mediados del 75 el movimiento autónomo de empresas, barrios y estudiantil, se plantea la alternativa de la reconstrucción y participación en la CNT, dando como válida la estructura anarcosindicalista y su posibilidad de aglutinamiento de elementos revolucionarios a nivel de todo el estado español. Después de la muerte de Franco, para el movimiento obrero revolucionario se presenta la posibilidad de poder reunirse públicamente y asociarse en organizaciones políticas y sindicales, después de 40 años de dictadura capitalista "franquista". Toda la fuerza y unidad que había alcanzado el proceso asambleario del proletariado moderno en los lugares de trabajo y fuera de ellos se dispersó, ingresando la mayoría de ellos en partidos políticos y sindicatos, abandonando un terreno de clase para ingresarse en las diversas opciones de la forma del capital democrático, que son todos los partidos y sindicatos.
La CNT era la única organización obrera clásica que gozaba de cierta simpatía entre ciertas capas del proletariado, debido a las rentas de un cierto pasado revolucionario que la burocracia del exilio administraba y controlaba celosamente, ocultando que precisamente ese pasado revolucionario había sido posible gracias a una lucha de sus militantes de base hasta Mayo del 37 y luego, por los guerrilleros urbanos y rurales desde el final de la guerra hasta los años 60, a veces contra y a pesar de dicha burocracia que siempre trató de controlar y combatir políticamente a los verdaderos "incontrolados" que fueron quienes habían creado dicho pasado revolucionario. Y fue este pasado y la relativa autonomía lo que permitía su funcionamiento interno en aquellos primeros momentos de su creación, al no existir una definición clara de lo que debía ser la CNT: si un sindicato o una organización de grupos autónomos, lo que facilitó la entrada de elementos dispares, desde sindicalistas y faístas, pasando por la burocracia del exilio, hasta leninistas y autónomos.
La coordinación de grupos autónomos partidarios de una agitación armada y teórica, unida a una agitación social, planteó la alternativa de la continuación y relanzamiento de las estructuras autónomas asamblearias, ya existentes en esos momentos, de empresas, barrios, movimiento estudiantil, que llevan a cabo una lucha unitaria sin siglas -contra partidos y sindicatos- a niveles locales o regionales debido a la clandestinidad obligatoria durante la dictadura franquista, tratando de dar un paso a un nivel superior de organización a través de todo el estado español y superando así su mayor defecto: su aislamiento y fragmentación.
Ya que debido a la nueva situación planteada por la muerte de Franco y su recambio por la dictadura democrática a la cabeza del estado español, menos gastada que la franquista, que ya no engañaba a nadie, existiría (existe) la posibilidad de poder reunirse públicamente, primero de manera tolerada y luego legalizada, en vez de aprovecharse de la "legalidad" existente para potenciar y extender dicha autonomía, mejorando y ampliando la organización que ya estaba hecha, incomprensiblemente la mayor parte del movimiento autónomo de empresas, barrios y estudiantil abandonan dichas estructuras para ingresar masivamente en CNT; en su creación primero y en su participación después, quedando solo los grupos de agitación armada y teórica, y escasos grupos de base mas completamente aislados en la coordinación autónoma; fue la única que planteó una alternativa de clase ofensiva dentro del movimiento autónomo.
En la coordinación de grupos partidarios de una agitación armada teórica, unida a una agitación social, algunos de sus miembros optaron por entrar a nivel individual en la CNT para tratar de potenciarla como posible organización revolucionaria, sin por ellos abandonar la continuación de las actividades autónomas coordinadas con los otros grupos autónomos que rechazaron entrar en la CNT por considerarlo un sindicato más dentro de la gama de opciones capitalistas de salida a su crisis económica actual, que no permitiría desarrollar un movimiento autónomo del proletariado, sino que acabaría frenándolo y desviándolo de sus objetivos revolucionarios hacia objetivos meramente sindicalistas y, en consecuencia, reformistas. Esta contradicción aparente fue superada por nuestra práctica común, por otra parte totalmente asumible por lo que nosotros consideramos que es la autonomía, pues no somos una organización permanente con sus especialistas, su jerarquía y con esquemas ideológicos rígidos de todo tipo de partido. Esta diversidad, al contrario, permite un mayor enriquecimiento de nuestra práctica revolucionaria.
La crítica que se hizo a la CNT por parte de los miembros de los grupos de la coordinación autónoma que habían rechazado su creación y participación, por considerarla, junto a todos los demás partidos y sindicatos, como estructuras integradoras y favorables a la existencia del trabajo asalariado y, en consecuencia, del capital, totalmente inadecuadas para su abolición, se ha visto confirmada completamente cuatro años después por la experiencia individual de algunos de nosotros que decidimos potenciarla, constatando los viejos defectos inherentes a todos los partidos y sindicatos: burocracia, la lucha de poder, control sobre la base, que no tiene acceso directo a los medios de información para expresar sus ideas. Siendo las estructuras sindicalistas de la CNT las que generan todo esto. Tenemos que reconocer públicamente que pretendimos servirnos de la imagen de un pasado revolucionario, y hoy en día, afirmamos que fue el pasado muerto el que pretendió servirse de nosotros.


La lucha por el poder entre las diversas tendencias y la ausencia de verdaderas alternativas de la clase, han originado y facilitado el abandono de la CNT de muchos elementos revolucionarios que habían participado a su vez en su reconstrucción; provenientes del movimiento autónomo de las empresas, barrios, estudiantil, que a su ingreso abandonaron prácticamente su anterior práctica autónoma, integrándose en sus estructuras sindicalistas. Eso se vio favorecido porque la mayoría fueron a la CNT para que les solucionase sus problemas personales y organizativos que no habían querido plantearse a nivel autónomo, y sólo ocurrió que la burocracia solucionó los suyos: la posesión de unas siglas y de unos militantes.
El movimiento obrero autónomo no tenía las ideas claras de lo que significaba la autonomía de clase en la práctica -sino no se puede entender su entrada su entrada en la CNT- debido a su manifiesta indigencia teórica, pues no hay que olvidar que la mayor parte del movimiento obrero siempre despreció la teoría por considerarla una tarea de intelectuales. En cambio nosotros despreciamos a los "intelectuales" que no asumen la pasión de poner en práctica su modo de empleo, pero nunca la teoría revolucionaria, de la que nos servimos incluso contra ellos mismos. Es lo que nosotros llamamos expropiación teórica.
La autonomía no es sólo una práctica común basada en un mínimo de acuerdos para la acción, sino también una teoría autónoma correspondiente a nuestra manera de vivir, de luchar y de nuestras necesidades concretas; teoría que, si algunos de sus aspectos los consideramos superados, no tenemos ningún inconveniente en ser sus primeros críticos más despiadados, para evitar que no se convierta en ideología y dogma permanente que nos impida avanzar a la realización del comunismo.
Hoy en día, todavía subsisten en la CNT algunos núcleos potencialmente revolucionarios que simpatizan con la lucha armada y las posiciones teóricas de la coordinación de grupos autónomos. Nos dirigimos a ellos, a los que, asqueados, abandonaron la CNT y ahora se encuentran dispersos y aislados, sin ninguna alternativa concreta de lucha; así como a los elementos más radicales que fueron expulsados de la organización, para que se planteen (nos planteemos) la creación de una nueva organización no permanente sobre posiciones autónomas de clase, en la cual las estructuras faciliten la máxima autonomía de grupos de individuos, favorezcan la coordinación y la lucha, y no la frenen, pues la CNT es totalmente inadecuada para dichas tareas, partiendo de la simple constatación de que la organización significa sola y simplemente la organización de las tareas concretas, comenzando a organizarse por ellos mismos en los lugares donde desarrollen sus actividades sociales.
Consideremos que la autonomía de clase, también se encuentra representada entre los que osan reapropiarse de lo que el capital nos impide gozar, sino es mediante pago, que necesitamos y tomamos sin intermediarios, directamente donde lo encontramos. La reapropiación es una práctica comunista en el presente, que se extiende desde las reapropiaciones económicas en los bancos, ocupaciones de casas, no pagar en los transportes públicos, no pagando en los supermercados, radios libres, rechazo de las centrales nucleares y del trabajo asalariado, etc... No privilegiando una sobra las otras, sino formando un todo en sí de ataque y rechazo al capital. Son actividades que se completan y que no se excluyen las unas sobre las otras.
La organización de las tareas, es decir, nuestra coordinación de grupos e individuos autónomos, la entendemos ante todo como un placer de encontrarnos juntos y de tener unas relaciones de comunicación plena entre nosotros, en tanto que individuos autónomos preferimos vivir unas relaciones comunistas ahora mismo, en el presente, sin esperar un día revolucionario determinado que nos permita quizás poder vivirlas.
Nuestra unión y nuestra práctica nos vienen impuestas por nuestras necesidades comunes negadas por la existencia de la miseria de un salario, que no puede satisfacerlas. Cuando realizamos un atentado o una expropiación en un banco, buscamos ante todo el placer subversivo de ataque al sistema capitalista que nos oprime y explota, no como un deber militante que estamos obligado a hacer para liberar a la clase obrera en su nombre, como vanguardia separada con posibilidades de convertirse en permanente y, en consecuencia contrarrevolucionaria, sino por el placer encontrado nuevamente en el juego subversivo de la destrucción de todo lo que nos impide satisfacer nuestros deseos y pasiones, de ser y encontrarnos a nosotros mismos en tanto que relación humana no mercantilizable, ni alienada.
Tenemos que precisar que nuestro anterior llamamiento a la lucha por la liberación de todos los presos revolucionarios de Europa, acusados de haber realizado acciones armadas o simpatizado con ellas, no significa para nosotros la creación de un frente común de la lucha armada, pues solamente nos solidarizamos a nivel de represión; pero no justificamos, y criticamos, los métodos políticos de la RAF, BR, etC..., ni la ideología nacionalista de ETA, IRA, etc...
La solidaridad revolucionaria la entendemos mediante la acción en las fábricas y en las calles, y no con un militantismo pasivo; es decir, una lucha cotidiana y global contra too el viejo mundo del capital.

Grupos autónomos
Octubre 1979

Extraído del libro Comunicados de la prisión de Segovia y otros llamamiento a la Guerra Social de Grupos autónomos. Muturreko Burutazioak 2000.

lunes, 14 de julio de 2008

Atari Teenage Riot

Atari Teenage Riot "Revolution Action", del disco 60 Second Wipeout 1999



sábado, 12 de julio de 2008

At The Gates

At The Gates "Blinded by fear", del imprescindible Slaughter of the soul 1995.



viernes, 11 de julio de 2008

Grandmaster Flash and The Furious Five

Grandmaster Flash and The Furious Five "The message". Un puto clásico, aquí seguimos intentando no perder la cabeza. Año 1982.



miércoles, 9 de julio de 2008

Afrika Bambaataa

Cuando Afrika Bambaataa abrazó los sonidos de Kraftwerk. "Planet rock" de 1982.



lunes, 7 de julio de 2008

Eskorbuto

Eskorbuto "Os engañan", actuación en La Bola de Cristal. La canción está en el disco Eskizofrenia del 1985.



viernes, 4 de julio de 2008

La ciudad secuestrada

"La ciudad ideal debería tener pocos coches y muchas huertas"
Bigas Luna, directos de marketing de Repsol.

Los mismos que decidieron y acometieron la destrucción de la ribera del Ebro, de ese bosque fértil inundado de huertas que era, con el propósito de no dejarnos otra alternativa que el consumo de asépticos alimentos producidos como se producen coches y envasados en plásticos en lugares lejanos, aprovecharán el próximo 4 y 5 de julio para continuar progresando en su dominación.

Cuando el río sirve de frontera, una vez la orilla norte ha sido devastada por urbanizaciones y polígonos industriales, la mancha de aceite que es esta ciudad que sueña e inventa el poder continúa expandiéndose al resto de puntos cardinales. La ribera del Iregua se convierte en zona de paseo para la burguesía, la vía del tren ha sido atravesada en el oeste por las excavadoras, y al igual que hacia el sur, se profundiza en al destrucción de los últimos vestigios del Logroño no urbano. La excusa para ello será la construcción de la circunvalación, una vía rápida para el transporte de mano de obra y otras mercancías, dar luz verde a la instalación de macrocentros comerciales, la construcción de un hospital para una sociedad enferma y la urgencia de hacer desaparecer ese rincón oscuro y hermoso que eran los bosques de los antiguos depósitos de agua entre cuyos árboles los amantes se amaban logrando escapar durante unos instantes de este perro mundo.

"La noche es la única revolución posible"
Juan Gallego, comisario de policía.

En el Ayuntamiento y en las juntas directivas de las empresas que lo financian se saben victoriosos, no tienen reparos en construirse monumentos a sí mismos, ahí está aquel a sus víctimas, o más allá, la estatua a la figura del empresario riojano. Hoy deciden gastarse bastante más de 400.000 € con el único objeto de aparecer en las pantallas de todo el Estado acompañando a unas cuantas vedettes de ese estéril firmamento de La Cultura que tanta repugnancia nos produce.

Pero algo sacamos en claro esta semana: el Arte, en tanto ideología del poder que es, mata la vida. Lo difuso se enforca: habrá que matar lo que mata.

Panfleto anónimo encontrado en las calles logroñesas con motivo del proyecto titulado La Ciudad Inventada , transcurrido los días 4 y 5 de julio del 2008 y financiado por el ayuntamiento de Logroño.

jueves, 3 de julio de 2008

Un testimonio de Chernóbil

El 26 de abril de 1986, estalló el reactor número cuatro de la Central eléctrica nuclear memorial V.I. Lenin. La cantidad de radiación emitida se estimó en 500 veces superior a la bomba atómica arrojada en Hiroshima. Este testimonio está recogido en el libro La plegaria de Chernóbil de la periodista ucraniana Svetlana Aleksiévich.

I. Monólogo sobre lo que está más allá de Kylomá, de Auswitz y del Holocausto


Los primeros días... Las sensaciones se mezclaban... Recuerdo las sensaciones más poderosas: el miedo y la humillación. Había sucedido todo aquello y no había información alguna: las autoridades callan, los médicos no dicen nada. En el distrito esperaban órdenes de la región; en la región, de Minsk, y en Minsk, de Moscú. Una interminable cadena y al final de ella todo lo decidían unas cuantas personas. Nos encontrábamos indefensos. Ésta era la sensación principal de aquellos días. Un puñado de hombres decidía nuestra suerte. La suerte de millones de personas. Del mismo modo que, también otro puñado de hombres, podía matarnos... No unos maníacos ni unos criminales, sino los más corrientes operadores de guardia de la central nuclear.
Cuando comprendí esto experimenté una fuerte conmoción. Chernóbil abrió ante nosotros el abismo, algo que está más allá de Kolymá, de Auschwitz y del Holocausto. El hombre, aramado de un hacha y un arco, o con los lanzagranadas y las cámaras de gas, no había podido matar a todo el mundo. Pero el hombre con el átomo...
Yo no soy filósofo y no me voy a poner a filosofar. Mejor le cuento una vez más lo que recuerdo...
Recuerdo el pánico de los primeros días: unos salían corriendo a la farmacia y se llevaban el yodo, otros habían dejado de ir al mercado, de comprar allí la leche, la carne, especialmente la de vaca. En nuestra familia aquellos días hacíamos lo posible por no economizar, comprábamos el salchichón más caro, confiando que estaría hecho de una carne buena. Pero al poco nos enteramos que era justamente el caro donde añadían la carne contaminada; al parecer, con el argumento de que lo compraban menos y de que lo comía menos gente. Nos encontramos indefensos. Aunque esto, como es natural, usted ya lo sabe. Quiero escribir sobre otra cosa. Sobre nosotros, sobre que la nuestra fue una generación soviética.
Mis amigos son médicos, maestros. La intelectualidad local. Teníamos nuestro grupo. Un día nos reunimos en mi casa. A tomar café. Con dos amigas íntimas; una de ellas era médico. Las dos tenían niños pequeños.
La primera comenta:
- Mañana voy a ir a ver a mis padres. Me llevaré a los niños. Si de pronto enferman, no me lo perdonaría el resto de mi vida.
La otra:
- En los periódicos dicen que dentro de unos cuantos días la situación volverá a la normalidad. Han mandado a las tropas. Helicópteros, carros blindados. Lo han dicho por la radio.
La primera:
- Pues a ti también te lo recomiendo: ¡llévate a los niños! ¡Sácalos de aquí! ¡Escóndelos! Esto no es una guerra. Ni siquiera podemos imaginarnos lo que ha pasado.
De pronto las dos levantan la voz y la cosa acabó en pelea. Acusándose mutuamente:
- ¡Eres una traidora! ¿Dónde está tu instinto de madre? ¡Una fanática es lo que eres!
- ¿Qué sería de nosotros si el resto de la gente actuara como tú? ¿Hubiéramos ganado la guerra?
Discutían dos mujeres jóvenes, atractivas, que adoraban a sus hijos. Algo parecía volverse a repetir; un texto se diría que conocido...
Y todos los que estábamos allí, incluida yo, teníamos la sensación de que mi amiga nos contagiaba su alarma. Había que esperar, hasta que dijeran algo. Anunciasen algo. Pero ella era médico y sabía más: "¡No sois capaces de proteger a vuestros propios hijos! ¿Que nadie os amenaza? ¿Entonces por qué tenéis miedo?".
Cómo la odiamos en aquel momento. Nos había estropeado la velada.
Ella se marchó al día siguiente. Nosotros en cambio, vestimos de gala a nuestros hijos y los llevamos a la manifestación del Primero de Mayo. Tanto podíamos haber ido como no. En nuestra mano estaba elegir. Nadie nos obligaba, nadie nos lo exigía. Pero nosotros creímos que era nuestro deber. ¡Cómo iba a ser de otro modo! En aquellos tiempos, para aquella fiesta... Todos teníamos que estar juntos... Salimos a la calle, con la muchedumbre...


En la tribuna se encontraban todos los secretarios del Comité de Distrito, y junto al Primer Secretario, su hija pequeña; la colocaron en un lugar bien visible. La niña llevaba una capa con capucha, aunque brillaba el sol, y el padre con capote militar de campaña. Pero allí estaban... Eso lo recuerdo...
No sólo se ha "contaminado" nuestra tierra, sino también nuestra conciencia. Y también por muchos años.
En estos años he cambiado más que en toda mi vida anterior, en cuarenta años. He pensado mucho...
La gente allí, en la zona, está encerrada, se encuentra en una ratonera. En una trampa. ¿A quién le importa el hombre corriente? Las evacuaciones se han interrumpido. Y ahora estas personas viven como en el GULAG, en el GULAG de Chernóbil.
Recuerdo qué dura me resultaba cada clase... Los niños esperaban que les hablase. Chernóbil estaba en todas partes, en todo lo que nos rodeaba, y no teníamos elección: debíamos aprender a vivir con él... He aprendido de nuevo a hablar, con nuevas palabras... Pero, ¿cómo? ¿Dónde puede uno enterarse de todo eso? ¿Qué leer?
Yo enseñaba con el amor y quería vencer con el amor. Estoy delante de los niños y les digo: amo nuestro pueblo, amo nuestros ríos, nuestros bosques... Que son los más... Los más... No hay nada mejor para mí. Y no los engañaba. Les enseñaba con el amor...
Nos ha ocurrido algo que va más allá de Kylomá, de Aushcwitz y del Holocausto; la técnica nos ha conducido al confín de otro mundo. Pero no tenemos conocimientos. Había una cultura antes de Chernóbil, pero no existe una cultura después de Chernóbil. Vivimos inmersos en las ideas de la guerra, del hundimiento del socialismo y de un futuro impreciso... Cuando lo que necesitamos es reconsiderar nuestro futuro. De pronto nos hemos quedado sin futuro. Nos faltan nuevos argumentos, nuevas ideas y pensamientos.


¿Dónde están nuestros escritores, nuestros filósofos? ¿Por qué callan? Ya no digo nada sobre que nuestra intelectualidad, los hombres que más han esperado la libertad y que más han hecho para que llegara la libertad, hoy se han visto abandonados, tirados en la cuneta. Una gente empobrecida y humillada.
Yo ni siquiera me puedo comprar los libros más imprescindibles. Cuando los libros son mi vida. De pronto hemos descubierto que no somos necesarios. En todo momento no me abandona la pregunta: ¿por qué? ¿Quién hará nuestro trabajo? Pero esta importante cuestión ya es otro tema...

He escrito esta carta para que se sepa la verdad de aquellos días, de aquellas sensaciones. Para dejar constancia de cómo hemos cambiado...


De una carta de Liudmila Dímitrievna Polénskaya, maestra rural, evacuada de la zona de Chernóbil.

Extraída del número 1 de la revista Resquicios, La catástrofe de Chernóbil y su tiempo.

miércoles, 2 de julio de 2008

Mafia K1 Fry

Mafia K1 Fry "C'est la guerre" del disco Jusq' à la mort, año 2007.